El asedio del acero chino: Latinoamérica en la encrucijada industrial
25 March 2024
Hace menos de un mes Construcción Latinoamericana reporteaba sobre cómo sector siderúrgico brasileño se enfrentaba a un importante impacto debido al aumento de las importaciones de acero desde China y cómo Gerdau, principal productor brasileño de este material, ya ha comenzado con una ola de despidos de su planta de Pindamonhangaba, en el interior de São Paulo.
En este entonces la empresa emitió un comunicado destacando la importancia de implementar un arancel de emergencia del 25% a las importaciones de acero, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de las operaciones del sector siderúrgico nacional, y preservar los empleos en el área.
La semana pasada se dio a conocer que la competencia del acero chino cobraba una nueva víctima más en la industria de América Latina. La siderúrgica Huachipato, una de las principales empresas del rubro en Chile, anunció la suspensión indefinida de sus operaciones. Esta drástica medida llega después de una serie de negociaciones y solicitudes de ayuda por parte de la empresa, que se ha visto asfixiada por la competencia del acero chino.
La situación llegó a un punto crítico cuando la Comisión Antidistorsiones de Chile recomendó al Gobierno la aplicación de sobretasas arancelarias a los productos de acero chino. Sin embargo, estas recomendaciones fueron consideradas “insuficientes” por Huachipato que, al igual que Gerdau, había solicitado salvaguardas de hasta un 25%, no obstante la recomendación de la comisión fue sólo de un 15%. La empresa, que arrastra una profunda crisis, esperaba medidas más contundentes para contrarrestar el dumping practicado por China en el mercado del acero.
Desde 2009 hasta la fecha, las pérdidas de Huachipato han superado los US$ 1.000 millones, lo que refleja la magnitud del desafío al que se enfrenta la empresa y la importancia de encontrar soluciones rápidas y efectivas.
La histórica acerera del Biobío, con más de 70 años en Talcahuano y más de 20 mil empleos directos e indirectos en la región, es una pieza fundamental del tejido industrial chileno. Sin embargo, su futuro se ve amenazado por la competencia desleal y la falta de medidas efectivas por parte de las autoridades.
Ascenso meteórico
El ascenso meteórico de China como el principal productor mundial de acero ha sacudido los cimientos de la industria global. En apenas dos décadas el gigante asiático ha pasado de representar el 15% de la producción mundial en el año 2000 a ostentar una abrumadora participación del 54% en 2023. Mientras tanto, América Latina apenas ha logrado un modesto aumento del 4% en su producción durante el mismo período.
¿Cuál es la causa de esta marejada siderúrgica? En gran medida, se debe a las políticas económicas y comerciales agresivas adoptadas por el gobierno chino. Subsidiando generosamente a sus empresas, China ha logrado reducir drásticamente los costos de producción, lo que le permite inundar los mercados internacionales con acero a precios que desafían toda competencia. Esta estrategia, sin embargo, no está exenta de consecuencias devastadoras para las industrias locales.
En América Latina, el impacto se siente con fuerza. Mientras que China exportaba modestas 80.500 toneladas de acero a la región en el año 2000, hoy en día, esa cifra se ha disparado a casi 10 millones de toneladas anuales. Esta inundación de productos chinos ha provocado una crisis en la industria del acero latinoamericana, obligando a muchas empresas a suspender operaciones, enfrentar despidos masivos e incluso cerrar plantas enteras.
La práctica comercial de dumping, donde China vende sus productos a precios inferiores en los mercados internacionales, ha sido una de las principales armas en su arsenal. A pesar de las denuncias y la creciente presión, China continúa desafiando las reglas del juego económico global, amenazando así la estabilidad de millones de empleos en América Latina.
En este contexto de emergencia industrial, se hace necesario que los gobiernos locales intervengan de manera urgente y efectiva. La imposición de aranceles más elevados, en línea con medidas adoptadas por grandes mercados como Estados Unidos y Europa, podría ser un primer paso crucial para proteger a las industrias locales.
Además, es fundamental trabajar en conjunto para mejorar la competitividad de la industria latinoamericana y exigir estándares de calidad y ambientales a las importaciones de acero chino. Solo a través de una acción concertada y decidida se podrá enfrentar esta amenaza que pone en riesgo el tejido industrial de toda una región.
En última instancia, la lucha contra el asedio del acero chino no es solo una cuestión de economía, sino también de justicia social y desarrollo sostenible. Por el bien de millones de trabajadores y consumidores en toda América Latina, es hora de tomar medidas audaces y decisivas para asegurar un futuro industrial próspero y equitativo.